Quedamos a la hora acostumbrada en el sitio de siempre para terminar saliendo más tarde de lo que debíamos (como es usual). Allí nos juntamos
Ric y Ángeles, Javi, Alcaine, FerMan. el innombrable come rosquillas y el que suscribe. Como no, tuvimos que despertar a Seco (que se había quedado trabajando toda la noche, no pienses mal Juls) y quedamos con él en la misma gasolinera en la que estábamos citados con Rafa y Miniño, a la salida del Hipódromo.
Por mor del destino nos enteramos, una vez allí, que Seco, siempre atento y despierto para interpretar las instrucciones, había puesto el secoturbo y se había pasado dos pueblos (léase Majadahonda y Las Rozas), deteniéndose en la salida 19.
Le dijimos que esperase y enviamos al innombrable come rosquillas en su busca con la promesa de que le seguiríamos sin dudar. Ahí está la jugada: nosotros nos desviábamos en la salida 18, por lo que utilizando a Seco de señuelo nos libramos de rular con el japo durante varios kilómetros, pareciendo entonces un grupo casi normal.
A partir de entonces un paseo muy de la Vaca, esto es: pocos kilómetros y mucho aperitivo etc etc etc.
Eso sí, Seco insistió en marcharse antes de la comida porque tenía que currar por la tarde pero no le dejamos. Podemos jurar, Juls, que le secuestramos y obligamos a quedarse -¡y a beber!- hasta que nos pareció suficiente. Incluso le hicimos entrar en razón forzándole con gran violencia a leer la idem de cabo a rabo. Véase la foto que adjunto como prueba donde se ve al interfecto con cara de intenso sufrimiento por no poder cumplir con sus obligaciones, como era su voluntad.
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